Escribí: “El Doctor Octavio Barona es una de las más eminentes autoridades que ha dado México en el campo internacional de la filosofía y la ciencia. Miembro de la Legión Mexicana de Honor y Presidente de la Sociedad Mexicana de Estudios Humanísticos, es una de las más autorizadas voces del país en los ámbitos del pensamiento.”
Nos dice el doctor Barona: -Sólo en la total libertad es cuando el hombre puede aportar orden auténtico al mundo. Una ley fundamental de la vida es el intercambio de valor por valor en el universo. Esta auténtica cooperación existencial, en forma equilibrada, amando al universo, hace la mente libre que sabe y entiende lo auténticamente justo de un intercambio de cooperación con sus congéneres y las cosas de la naturaleza. La verdadera libertad implica el estar libre del trastorno del pasado. Vivir en el hábito, en las costumbres, en el reflejo condicionado, produce insensibilidad, atrofia al hombre. La mente insensible no acepta nada nuevo, no progresa, no evoluciona. Así, lo más destructivo en nuestra civilización es seguir un patrón establecido e impuesto por otros, que no cubre las necesidades aquí y ahora.
-¿Cuál es la manera de lograr una más sana comunicación con los demás?
-Llevando una vida auténtica, de verdadera comunión del hombre con el hombre, con los grupos o entidades sociales que lo enmarcan, y con el universo que lo rodea; vivir una vida diaria en la existencia diaria de lo desconocido, enfrentándose a ella como un reto, a través de los impulsos auténticos emanados de nuestra conciencia libre, para poder aprender de estos eventos y sucesos y evolucionar. La mente libre es la única capacitada para seguir siempre aprendiendo. La vida es acción libre; vivir significa “actuar” espontáneamente sin un yugo férreo impuesto por patrones rígidos, pues, al final, todo cambia. El sentido vital de la existencia es el saber que se está aquí en la Tierra para ayudarnos los unos a los otros, dentro de una convivencia hermanable, afectuosa, evolutiva, manifestada dentro de nuestro más amplio sentido de cooperación. El hombre busca como meta la plenitud en todos sus campos, en su existencia terrena, pero sólo la acción feliz, creativa auténtica, emanada de nuestro interior es la única que puede darnos felicidad y satisfacción y transformar evolutivamente el mundo en que vivimos. La vida debe comprenderse como un juego de relaciones manifestándose en todas sus múltiples posibilidades. Sin embargo la superación evolutiva es un problema personal, que se debe reflejar en nuestra vida en sociedad, concentrado en lo que uno está haciendo, lo que se haga, hágase bien; dando atención y respeto a los requerimientos de la otra persona, y reconociendo adecuadamente lo que nos da el aporte valioso del mundo.
-¿Cuál piensa que debe ser el más equilibrado incentivo para nuestras acciones?
-Las metas que engendran nuestras acciones deben siempre servir a la vida, a nuestra vida evolutiva, a darnos felicidad y a colocarnos dentro del Camino de esta espiral ascendente que es el cosmos. Sometiendo lo más precioso que se tiene: nuestra vida, nuestro ser y aspiraciones. Lo que hace más atractivas las metas que buscamos es su perfil de beneficios, nuestro desafío mental de organizar, entendiendo que en la existencia no se trata de tener muchas metas, sino la forma como manifestamos al mundo lo poco o mucho que se tiene o lo que se ha logrado. Intercambiar valor por valor con libertad es auténticamente vivir.
Afirma: -La gente que no se niega a la experiencia de vivir, acepta con gusto, tácitamente, todas las responsabilidades, cambios y mutaciones que esto trae consigo, tornándose elástica ante los eventos del mundo. Ser rígido es ser obsoleto ante el universo mutante, en que todo cambia, porque simplemente existe un curso natural de las cosas. Todo está en constante transformación, siempre habrá que enfrentarse a nuevas alternativas, responsabilidades e intercambios distintos a los que vivimos en el pasado, porque siempre es el único momento presente, en que la gente no se afecta por la forma como es el mundo, sino por la forma como lo ve y como lo interpreta. El hombre estático, rígido, de cultura repetitiva no resuelve nunca adecuadamente su sentido existencial, aquí, ahora, con los recursos del momento, y al contrario su inmovilidad acrecienta su situación adversa. No existen respuestas finales ni verdades fijas, todo es relativo y está sujeto al cambio. Las sociedades culturalmente rígidas, como la nuestra, ponen siempre en prioridad al grupo sobre el individuo y son lo menos flexibles para adaptarse a una realidad evolutiva. Cuando una sociedad se mantiene rígida ante una realidad cambiante se vuelve terriblemente nociva. La auténtica cultura sana es aquella que experimenta con el cambio, que acepta que todo lo vivo está sujeto a modificaciones. La fuerza del individuo proporciona la base principal para la estabilidad, cohesión y permanencia del grupo. Así la sociedad sana promueve la madurez y la evolución de sus miembros en el ejercicio de su libertad, porque el hombre menos libre es también menos evolucionado y menos sabio. Porque aún el hombre privado de su libertad por daños a los demás, debe tener libertad en la cárcel de practicar un oficio, de ejercer al menos la libertad de trabajar, para auto sostenerse y no ser una carga de todos. Al final que la importancia real y auténtica de una persona radica en sus diferencias y no en su similitud con los demás, porque siendo muchas las situaciones la forma de enfrentarlas es única.
-En relación a nuestra realidad existencial, ¿cómo enfrentarnos a los cambios continuos que vivimos?
-Debemos enfrentar la vida sin miedo, como dice nuestra amiga Guadalupe “Pita” Amor, debemos vivir “con pasión y sin compasión”. Hay que experimentar al mundo sin la presión de los hábitos, de las respuestas condicionadas y de los reflejos heredados. Siempre habrá nuevas posibilidades, en la medida en que decimos adiós a los patrones de conducta que no nos sirven, para encontrar otros mejores.
Afirma que, “la verdad de la vida surge de nuestra propia experiencia, según vamos haciendo las cosas. La única forma universal de sobrevivir es sabiendo la forma adecuada de adaptarse a los cambios, transformaciones y mutaciones del universo. El hombre sabio hace aún las cosas más pequeñas en una forma grande y universal. Para el hombre que ha aprendido a vivir adaptándose a la vida, todas las cosas funcionan en último término a su favor.” Para el doctor Barona, “los valores primarios de la vida son la libertad, la individualidad y una conciencia regida por la razón”, en que expresa inmejorablemente su actitud ante la realidad, que podría caracterizarse como un sólido sentido común de un realismo abierto a todas las dimensiones de la existencia. Porque una actitud consciente regida por esa facultad superior que obra en nosotros, por ese principio que nos define (nos crea, nos afirma), que es la razón, es una actitud creyente en el hombre. Conocerlo, es aprender que si se busca con suficiente intensidad, necesariamente se acabará encontrando un maestro... aunque al final el maestro es quien encuentra al discípulo.
RESCATE DE PAPEL VEGETAL






-Entrevista “Un Filósofo Mexicano” en cadena editorial El Mexicano, entre el 2 y 9 de febrero de 1987.